miércoles, 12 de enero de 2011

La Puntualidad

Al Padre Pascual le estaban haciendo su cena de despedida por 25 años
de trabajo en una Parroquia.

Un polí­tico miembro de la comunidad fue invitado para dar un breve discurso.

Como el polí­tico tardaba en llegar, el sacerdote decidió decir unas
palabras él mismo para llenar el tiempo.

- Mi primera impresión de la Parroquia - dijo- la tuve con la primera
confesión que me tocó escuchar. Pensé que el Obispo me había enviado
a un lugar terrible, ya que la primera persona que se confesó me dijo que
se habí­a robado un televisor, que le había robado dinero a sus padres,
habí­a robado también en la empresa donde trabajaba, además de tener
aventuras sexuales con la esposa de su jefe. También en ocasiones se
dedicaba al tráfico y a la venta de drogas. Y para finalizar, confesó
que le había trasmitido una enfermedad venérea a su propia hermana. Me
quedé asombrado, asustadí­simo... Pero cuando transcurrió un tiempo, fui
conociendo más gente y vi que no eran todos así, vi una parroquia llena
de personas responsables, con valores, comprometidas con su fe. Y así he
vivido los 25 años más maravillosos de mi sacerdocio.

Justamente en este momento llegó el político, por lo que se le dio la
palabra. Pidió disculpas por llegar tarde y continuó diciendo:

- Nunca voy a olvidar el primer dí­a que llegó el Padre Pascual a nuestra
Parroquia... De hecho, tuve el honor de ser el primero que se confesó con
él...

**Moraleja:**

¡Nunca llegues tarde...! ¡La puntualidad es un hábito valioso!

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