lunes, 1 de diciembre de 2014

El billete de 50

Pablo, con el rostro abatido de pensar, se reúne con su amiga Laura en un bar a tomar un café. Deprimido, descargó en ella sus angustias... que el trabajo, que el dinero, que la relación con su pareja, que su vocación!... Todo parecía estar mal en su vida...

Laura introdujo la mano en su bolso, sacó un billete de Q 50.00 quetzales y le dijo: ¿Quieres este billete?

Pablo, un poco confundido al principio, le contestó: Claro, Laura... son Q 50.00 quetzales ¿Quién no los querría?

Entonces Laura tomó el billete en uno de sus puños y lo arrugó hasta hacerlo una pequeña bola…

Mostrando la estrujada pelotita a Pablo, volvió a preguntarle: Y ahora, ¿lo quieres también?

- Laura, no sé qué pretendes con esto, pero siguen siendo Q50.00 quetzales.

Claro que lo aceptaré si me lo das.

Laura desdobló el billete, lo tiró al suelo y lo restregó con el pie, levantándolo luego sucio y marcado. ¿Lo sigues queriendo?

Mira, Laura, sigo sin entender a donde vas, pero es un billete de Q 50.00 quetzales y mientras no lo rompas, conserva su valor...

Pablo, debes saber que aunque a veces algo no salga como quieres, aunque la vida te arrugue o pisotee, sigues siendo tan valioso como siempre lo has sido...

Lo que debes preguntarte es cuánto vales en realidad y no lo golpeado que puedas estar en un momento determinado.

Pablo se quedó mirando a Laura sin atinar decir palabra alguna, mientras el Impacto del mensaje penetraba profundamente en su cerebro…

Laura puso el arrugado billete a su lado en la mesa y con una sonrisa cómplice agregó:

- Toma, guárdalo, para que te acuerdes de esto cuando te sientas mal... pero me debes un billete nuevo de Q 50.00 quetzales para poderlo usar con el próximo amigo que lo necesite.

Le dio un beso en la mejilla y se alejó hacia la puerta.

Pablo volvió a mirar el billete, sonrió, lo guardó y con una renovada energía llamó al mesero para pagar la cuenta...

¿Cuántas veces dudamos de nuestro propio valor, de que realmente merecemos más y que podemos conseguirlo si nos lo proponemos?

Claro que no basta con el mero propósito...

Se requiere acción y existen muchos caminos…

























Políticos

Un grupo de cirujanos se preguntaba ¿Quienes son los mejores pacientes en las salas de operaciones?

El primer cirujano dice: “Me gusta operar contadores porque cuando los abres, todo adentro está ordenado por números”.

El segundo responde: “Si, pero los electricistas son mejores porque todos los órganos estan codificados por colores, asi no te equivocas.

El tercero agrega: “No, son mejores los bibliotecarios, dentro de ellos está todo localizado por orden alfabético”.

El cuarto dice: “No hay como los mecánicos, ellos ya traen las piezas de repuesto que hay que colocar”.

El quinto, por último, les dice: “Lamento tener que contradecir a todos Ustedes.

Los políticos son los mejores pacientes del mundo para operar.
Los Hijos de Puta no tienen corazón, no tienen estómago, no tienen huevos, y encima de todo, el cerebro y el culo son totalmente intercambiables.